miércoles, 4 de julio de 2012

Dorar, un lujo a tu alcance

Los metales preciados como el oro, la plata o el bronce siempre nos han llamado la atención. Son elementos lujosos al alcance de pocos bolsillos que ofrecen en la decoración un toque de esplendor. Si bien es cierto que un mueble de oro macizo es prácticamente inalcanzable para la mayoría de nosotros, sí que podemos lograr un efecto muy parecido con la técnica del dorado con pan de oro. 


En las siguientes entradas os ofreceremos unos sencillos consejos para aprender a restaurar y dorar vuestros muebles, marcos o diversos objetos. De esta forma, tendremos el lujo a nuestro alcance.


Un poco de historia


Pero, y ¿cómo surgió esta técnica? 


El dorado es un método casi tan antiguo como el uso de los metales preciados. Su utilización ha sido constatada en culturas tan diversas como la egipcia, la hinca o la romana. Hablamos, pues, de miles de años de antigüedad que, además, ha perdurado durante milenios gracias a su gran resistencia a la corrosión.


En la Edad Media vivió un verdadero auge, ya que se empleó con asiduidad al ser empleado en la iconografía religiosa (retablos, esculturas...). Con el paso de los años, se utilizó también en la arquitectura civil, empleándose para hacer ostentación en palacios, embajadas o fortalezas, pero no solo en los elementos arquitectónicos, sino también en la decoración de los espacios interiores. Un buen ejemplo es el famoso Palacio de Versailles, en el que el oro está muy presente en la gran mayoría de las estancias. Todo ello realizado gracias a la técnica del dorado.



Con el paso del tiempo, la técnica se ha ido modernizando y, si en el pasado la que se usaba era la técnica del dorado al agua, que sigue estando muy presente, también se emplea la técnica del mixtion, en la que el proceso de dorado es más sencillo.

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